viernes, 23 de abril de 2010

Equilibrio General: Historia

El primer intento en la economía neoclásica de modelar los precios de toda una economía lo realizó Léon Walras. Su obra Los elementos de la economía pura proporciona varios modelos, cada uno de los cuales tiene en cuenta una mayor cantidad de aspectos de una economía real (dos tipos de bienes, muchos tipos de bienes, producción, crecimiento, dinero). Algunos autores (por ejemplo, Eatwell, 1989, y también Jaffe, 1953) piensan que Walras no tuvo éxito y que los últimos modelos que desarrolló son inconsistentes. En particular, el modelo de Walras era un modelo de un período prolongado en el cual los precios de los bienes de capital son iguales, independientemente de que aparezcan como variables de entrada o como variables de salida, y se presenta el mismo margen de ganancias en todas las líneas de la industria. En este modelo, el precio de costo de cada bien de capital debe ser igual, en equilibrio, al precio de demanda. Esto es inconsistente con lo que se obtiene cuando se toman, como dato, las cantidades de bienes de capital. Sin embargo, cuando Walras introdujo bienes de capital en sus modelos posteriores, tomó sus cantidades como un dato, en relaciones arbitrarias. Kenneth Arrow y Gerard Debreu también tomaron las cantidades iniciales de bienes de capital como un dato, pero adoptaron un modelo simple en el cual los precios de los bienes de capital varían con el tiempo y también el tipo de interés varía de un bien de capital a otro.

Walras fue el primero en organizar un programa de investigación que ha sido seguido por muchos economistas del siglo XX. En particular, planteó la necesidad de investigar las condiciones necesarias para que los equilibrios sean únicos y estables.

Walras también propuso un sistema dinámico mediante el cual se puede alcanzar un equilibrio general, denominado tâtonnement o proceso a tientas.

El proceso de tâtonnement es una herramienta para investigar la estabilidad de equilibrios. Los precios son anunciados por un subastador, y los agentes indican qué cantidad quieren ofrecer (proveer) o comprar (demandar) de cada uno de los bienes.

No se realiza transacción ni producción alguna mientras los precios estén desequilibrados. En cambio, se reducen los precios de aquellas mercancías con precios positivos y exceso de oferta, mientras que aumentan los precios de las mercancías con exceso de demanda. La pregunta para el matemático es bajo qué condiciones tal proceso alcanzará un equilibrio en el cual la demanda se equilibre con el suministro para proveer para mercancías con precios positivos y la demanda no exceda el suministro de aquellas mercancías con un precio nulo. Walras no pudo encontrar una respuesta definitiva a esta pregunta (véanse, más abajo, los problemas sin resolver en equilibrio general).

En el análisis del equilibrio parcial, la determinación del precio de un bien se simplifica consultando el precio de un bien, y asumiendo que los precios del resto de las mercancías permanecen constantes. La teoría marshalliana de la oferta y demanda es un ejemplo de análisis de equilibrio parcial. El análisis de equilibrio parcial es adecuado cuando los efectos de primer orden de un cambio (por ejemplo, la curva de la demanda) no desplazan la curva de oferta. Los economistas angloamericanos se interesaron en el equilibrio general a finales de la década de 1920 y a principios de la de 1930, luego de que Piero Sraffa demostrara que los economistas marshallianos no pueden explicar la pendiente ascendente de la curva de oferta de un bien de consumo.

Si una industria utiliza poca cantidad de un factor de producción, un pequeño aumento en el volumen de producción de dicha industria no incrementará el precio de dicho factor. En una aproximación de primer orden, las empresas en dicha industria no notarán una disminución en sus costos, y las curvas de suministro de la industria no experimentarán un incremento. En cambio, si una industria utiliza una cantidad apreciable del factor de producción, un aumento en el volumen de la producción producirá una reducción de los costos de producción. Pero tal factor es probable que sea utilizado en substitutos del producto de la industria, y un aumento de precio de este factor tendrá efectos sobre la oferta de los sustitutos. Por lo tanto, según Sraffa sostenía, en estos casos los efectos de primer orden de un cambio en la curva de la demanda de la industria original incluyen un cambio en la curva de oferta de los sustitutos para el producto y cambios correspondientes en la curva de oferta de la industria original. El equilibrio general es adecuado para investigar este tipo de interacciones entre los mercados.

Los economistas de Europa continental realizaron importantes avances en la década de 1930. Las demostraciones de Walras sobre la existencia del equilibrio general a menudo se basaban en contabilizar la cantidad de variables y de ecuaciones. Pero tales estrategias son inadecuadas para sistemas de ecuaciones no lineales, y no implican que los precios y las cantidades del equilibrio no puedan ser negativos, lo cual es una solución que carece de sentido. El reemplazo de ciertas ecuaciones por desigualdades y el uso de matemáticas más rigurosas permitieron mejorar el modelado del equilibrio general.

Utilidad Marginal decreciente

Para quienes son los fundadores de esta nueva corriente, el inglés Stanley Jevons (1835-1882), el austríaco Karl Menger (1840-1921) y el francés León Walras (1834-1921), existiría, mas allá de la diversidad de los gustos individuales, una ley psicológica, según la cual la satisfacción lograda mediante el consumo de un bien aumenta con el incremento del consumo, pero tal aumento de satisfacción se produce a un ritmo cada vez más débil, de tal manera que se presenta una saturación progresiva, pero jamás total.

Tal “ley psicológica”, que para algunos como Jevons se explica por razones meramente sicológicas, ha sido denominada ley de la utilidad marginal decreciente; en este caso la palabra “utilidad” designa la satisfacción o el placer conseguido, en tanto que el adjetivo “marginal” subraya el hecho de que la utilidad de la última unidad consumida disminuye en tanto el consumo aumenta.

Así, para dar un ejemplo simple, si el consumo de una manzana otorga una utilidad de 10, la de dos manzanas una utilidad de 15 y la de tres manzanas 18, entonces la utilidad marginal de la segunda manzana es igual a 15-10, es decir 5, en tanto que la de la tercera manzana es de 18-15, o sea 3. Ahora, como 3 es menor que 5, la ley de la utilidad marginal decreciente se ha verificado, al menos en este ejemplo.

Resaltemos que esta ley no se expresa por una fórmula clara, contrariamente a lo que pasa en física, por ejemplo; de tal manera no se precisa a que tasa decrece la utilidad marginal en tanto aumenta el consumo ya que ésta varía de un individuo a otro; se contenta con dar el sentido de tal variación, la cual se supone igual para todo el mundo. Ahora, el hecho de enunciar hipótesis cualitativas -sentido de la variación, forma de la curva- mas que cuantitativas expresadas en cifras-, es típico en microeconomía, donde la diversidad y la complejidad vuelven problemática toda medida cuantitativa.

Teoría subjetiva del Valor

A diferencia de la corriente objetiva, el valor de un bien depende no del trabajo objetivado en él sino de la utilidad que brinda, con lo que el valor de uso cobra preeminencia sobre el valor de cambio; éste último es una expresión cuantitativa del cambio de valores de uso, a través de las respectivas utilidades marginales de los bienes intercambiados. De aquí se deduce que el valor de uso es la utilidad, que es una relación de alguna cualidad de algún bien para satisfacer una necesidad. La medida del valor está dada por la preferencia del consumidor hacia ese bien determinado, mientras que la demanda de un bien en el mercado se convierte en la concreción de las preferencias del consumidor desde el punto de vista de la utilidad marginal que encuentra en el bien en cuestión. Los precios desplazan al valor como categoría de análisis al estudiar las preferencias del consumidor por un bien, preferencias reveladas a través del conteo empírico del método positivista, lo que hace que la utilidad sea ahora considerada como una categoría que no es necesaria al análisis de los fenómenos económicos, cuando se los trata como fuerzas que tienden al equilibrio: la “preferencia revelada”, objetivamente observada en el mercado, ha hecho que el valor y la utilidad, por igual, fueran anuladas del escenario económico neoclásico. El concepto “valor” ha pasado a ser una entidad “metafísica”. Pero hay impulsos académicos que tienden a revivir el debate sobre la teoría del valor.

Tomemos como ejemplo, a Denis Robertsosn en sus “Lecciones sobre los principios de la economía” que toma el valor como base del análisis de la demanda. En mi obra La Acción Recíproca en preparación, el debate sobre el valor es uno de los puntos principales de su estructura; lo es, bajo el principio de que los problemas no pueden ser ignorados. Tres cuartas partes del mundo se debaten en la miseria por un sistema capitalista radicalizado que en vez de solucionar los problemas teóricos de la economía, simplemente los ignora. Eso es algo que no puede continuar.

La revolución Marginalista

A comienzos de los años 1870, y más exactamente entre 1871 y 1874, tres autores, de diferentes formaciones intelectuales, y trabajando de manera independiente, publicaron trabajos cuyos contenidos son sorprendentemente próximos. Ellos son Stanley Jevons en Inglaterra, Carl Menger en Austria y Leon Walras en Suiza, y se les reconoce como los fundadores del marginalismo. Esta escuela de pensamiento se desarrollará rápidamente, siendo el germen de una ambicioso programa de investigación para la economía que desde entonces ya no se circunscribirá a las fronteras de Inglaterra, y que conoce un éxito tal que puede considerársele como la escuela dominante hasta el nacimiento del pensamiento keynesiano en los años 30.

Esta nueva perspectiva se caracteriza, en primer lugar por su tema inicial: las reflexiones sobre la utilidad marginal decreciente de los bienes de consumo. Pero los autores descubren inmediatamente que los principios de este domino particular son fácilmente generalizables. De ahí el tema principal: el marginalismo aplicará procedimientos de maximización a las diferentes variables económicas razonando en el margen, es decir sobre la última unidad del bien consumido, producido, intercambiado o retenido. Si se tratase de resumir el razonamiento marginalista en una frase, diríamos que la utilización óptima de un recurso dado se obtiene cuando no hay ya ninguna ganancia neta a obtener del desplazamiento de una unidad de tal recurso de un empleo a otro. El óptimo nace así de la igualación en el margen de las utilidades de los recursos en los distintos usos posibles. Este es un principio universal, a partir del cual se construye una teoría del comportamiento de los agentes individuales de la economía, basado en la racionalidad de las decisiones económicas.

Además, ya que se trata de maximizar funciones objetivo, no hay que sorprenderse del empleo de las matemáticas admitido y reivindicado por la mayor parte de los autores aunque puedan hacerse muchas excepciones (entre ellas la de la llamada escuela austriaca). En resumen, las tres características esenciales del marginalismo son: la maximización como referencia del comportamiento, el cálculo en el margen como principio de racionalidad y las matemáticas como técnica de análisis. El marginalismo tiene entonces la ambición al mismo tiempo del rigor y la generalidad. Pero esta ambición no va a conseguirse sin cambiar las cuestiones planteadas por el análisis económico y puede dar lugar al reduccionismo. Se sabe que la teoría clásica, construida a partir de la oposición entre el trabajo y la avaricia de la naturaleza en un contexto de competencia pone el acento en los problemas del desarrollo económico y de la distribución y era por ello en fundamentalmente macroeconómica y dinámica. El pensamiento marginalista, por su parte, dedicada a la búsqueda de la mejor utilización posible de los recursos dados, tendrá como tendencia el considerar como fijo lo que los clásicos consideraron como variable y a hacer de la economía algo esencialmente microeconómico y estático.

Vilfredo Pareto (1848 – 1923)

Sociólogo y economista italiano (París, 1848 - Céligny, Suiza, 1923). De origen aristocrático (era hijo de un marqués exiliado en Francia por pertenecer al movimiento revolucionario de Mazzini), Pareto estudió ingeniería en Turín y desarrolló una carrera brillante como ejecutivo de empresas ferroviarias e industriales. Su vocación por las ciencias sociales fue tardía: hacia 1890 pasó de los aspectos prácticos a los teóricos de la economía, siguiendo la línea de Léon Walras. Rechazado en el mundo académico italiano, encontró acogida en Suiza, sucediendo a su maestro Walras en la cátedra de Economía de Lausana (1893).

En los trece años que la desempeñó, hizo aportaciones muy relevantes a la teoría del equilibrio, desarrollando los principios de una teoría utilitarista del bienestar (óptimo de Pareto); a partir de análisis estadísticos llegó a la conclusión de que la distribución de la renta en cualquier sociedad responde siempre a un mismo modelo, por lo que serían inútiles las políticas encaminadas a redistribuir la riqueza (ley de Pareto).

En 1906 se retiró de la enseñanza para dedicarse sólo a la investigación, al tiempo que desplazaba su atención de la economía a la sociología. Partiendo de un análisis psicologista de los motivos de la conducta humana (entre los cuales incluyó ampliamente móviles irracionales que no había tenido en cuenta en su pensamiento económico), desarrolló una teoría de las elites que planteaba el carácter inevitable de la desigualdad social y de la dominación de las masas por una minoría selecta.

Su esfuerzo por analizar la vida política prescindiendo de las apariencias ideológicas para profundizar en la realidad descarnada de la lucha por el poder hacen que se le considere, junto con Gaetano Mosca, uno de los iniciadores de la «ciencia política»; en todo caso, su análisis refleja una nostalgia por el mundo liberal europeo en crisis frente a los avances de la política de masas. En sus escritos criticó y ridiculizó las ideas de progreso, democracia, igualdad y socialismo, poniendo en primer plano el componente de fuerza y de engaño que existe en la historia de la humanidad.

Esta visión le convirtió en un predecesor ideológico del fascismo; efectivamente, Mussolini intentó apropiarse del prestigio intelectual de Pareto, el cual nunca criticó al fascismo italiano e incluso aceptó que le nombraran senador poco antes de morir. Entre las principales obras de Pareto cabe señalar el Curso de Economía Política (1896-97), el Manual de Economía Política (1906) y el Tratado de sociología general (1916).

Johan Gustaf Knut Wicksell (1851 – 1926)

Fue un economista sueco. Estudió filosofía y matemáticas en la Universidad de Upsala trabajando después en Austria, Alemania y el Reino Unido. Desarrolló una teoría marginalista de la distribución y se le considera el fundador de la llamada Escuela Sueca o Escandinava. Su teoría del interés y del nivel general de precios ha tenido una gran influencia en la teoría monetaria.

Actualmente está siendo revalorizado al considerársele precursor de la "Economía Política Constitucional", una subcorriente del Nuevo Institucionalismo Económico .

En efecto, en su análisis de la política fiscal, Wicksell llamó la atención sobre el significado de las reglas bajo las cuales los agentes políticos adoptan sus decisiones y señaló que los intentos de reforma deberían dirigirse hacia cambios en las reglas y métodos de adoptar decisiones en vez de intentar influir sobre el comportamiento de los actores. Para juzgar la posible eficacia de un cambio en las reglas Wicksell propuso "el consentimiento del gobernado", lo que ahora se llama el test del consenso.

OBRAS
• Value, Capital and Rent, 1893.
• "Pareto's Cours d'économie politique, I", 1897
• Interest and Prices, 1898.
• "Mål och medel i nationalekonomien", 1904, Ekon Tidskrift
• "Penningräntans inflytande på varuprisen", 1899, (see 1907, EJ below)
• "Om överflyttning av skatt" 1899, Ekon Tidskrift
• "Pareto's Cours d'Économie Politique, II", 1899
• "Om gränsproduktiviteten såsom grundval för den nationalekonomiska fördelningen", 1900, Ekon Tidskrift (trans: "("Marginal Productivity as the Basis for Economic Distribution", 1958)
• Lectures on Political Economy , two volumes, 1901-6.
• "Till fördelningsproblemet", 1902, Ekon Tidskrift (trans: "On the Problem of Distribution", 1958)
• "The Enigma of Business Cycles", 1907, Stasokonomisk Tidsskrift
• "The Influence of the Rate of Interest on Prices" , 1907, EJ
• "Böhm-Bawerks kapitalteori och kritiken därav", 1911, Ekon Tidskrift
• "Pareto's Manuel d'économie politique", 1913
• "Kan ett land få för litet folk?", 1914, Ekon Tidskrift
• "Den "kritiska punkten" i lagen om jordbrukets avtagande produktivitet", 1916, Ekon Tidskrift
• "Växelkursernas gåta", 1919, Ekon Tidskrift
• "Inkomstbegreppet i skattehänseende och därmed sammanhängande skattefrågor", 1922, Ekon Tidskrift
• "Real Capital and Interest", 1923, Ekon Tidskrift
• "Mengers Grundsätze i ny upplaga ", 1924, Ekon Tidskrift
• "Ett skolexempel i tullfrågan", 1925, Ekon Tidskrift.
• "Matematisk nationalekonomi", 1925, Ekon Tidskrift
• Selected Papers on Economic Theory, 1958.

John Bates Clark (1847 -1938)

Uno de los pioneros de la revolución marginalista. Desarrolló el concepto de productividad marginal y el "agotamiento del producto". Uno de los primeros marginalistas americanos, se opuso a la escuela institucionalista, convirtiéndose así en objeto predilecto de los ataques de Veblen. En cambio su hijo, John Maurice Clark, se convirtió en un destacado institucionalista.
Obras:
• "The New Philosophy of Wealth" 1877, New Englander and Yale Review
• "Unrecognized Forces in Political Economy", 1877, New Englander and Yale Review
• "How to Deal with Communism", 1878, New Englander and Yale Review
• "Business Ethics, Past and Present", 1879, New Englander and Yale Review
• "The Nature and Progress of True Socialism" 1879, New Englander and Yale Review
• "Spiritual Economics", 1880, New Englander and Yale Review
• "The Philosophy of Value",1881, New Englander and Yale Review
• "Non-competitive Economics", 1882, New Englander and Yale Review
• "Recent Theories of Wages", 1883, New Englander and Yale Review
• The Philosophy of Wealth, 1885
• "The Moral Outcome of Labor Troubles", 1886, New Englander and Yale Review
• "Christianity and Modern Economics", 1887, New Englander and Yale Review
• "Capital and Its Earnings", 1888, Publications of AEA
• "Possibility of a Scientific Law of Wages", 1889, Publications of AEA
• "The Law of Wages and Interest", 1890, Annals of AAPSS.
• "The "Trust": A New Agent for doing an Old Work: or Freedom doing the Work of Monopoly", 1890, New Englander and Yale Review
• "Distribution as Determined by a Law of Rent", 1891, QJE
• "The Genesis of Capital", 1893, Yale Review
• "The Origin of Interest, 1895, QJE
• "Real Issues Concerning Interest", QJE
• "The Future of Economic Theory", 1898, QJE.
• "The Modern Appeal to Legal Forces in Economic Life, 1894, AER
• The Distribution of Wealth: A theory of wages, interest and profits. , 1899.
• "Natural Divisions in Economic Theory", 1899, QJE.
• "Disarming the Trusts", 1900, Atlantic Monthly
• "Wages and Interest as Determined by Marginal Productivity", 1901, JPE
• Essentials of Economic Theory, 1907.