Hermann Heinrich Gossen, funcionario prusiano, precursor del marginalismo y de la economía matemática, permaneció totalmente ignorado hasta que primero Jevons y luego Walras le rescataron del olvido poniendo de manifiesto los importantes logros de su Entwicklung der Gesetze des menschlichen Verkehrs (Desarrollo de las leyes del intercambio entre los hombres) [1854].
Hoy Gossen es recordado en los manuales de historia del pensamiento económico por sus famosas leyes, que hacen referencia, respectivamente, a la idea de utilidad marginal decreciente y a la condición de equimarginalidad para la maximización de la utilidad. La primera ley de Gossen es consecuencia de la experiencia cotidiana: la satisfacción suplementaria obtenida del consumo de un bien disminuye progresivamente a medida que la cantidad consumida aumenta. Esta cantidad es nula cuando se alcanza la saciedad. La segunda ley de Gossen expresa el modo en que puede alcanzarse la máxima satisfacción: no se pueden satisfacer todas las necesidades hasta la saciedad, por lo que el máximo de satisfacción se obtiene cuando las satisfacciones marginales obtenidas de los diferentes bienes se igualan entre sí.
Gossen analiza explícitamente también las implicaciones de sus leyes. Según la primera ley, para un individuo, los bienes no tienen el mismo valor según la cantidad poseída y a partir de una cierta cantidad el valor de un bien es nulo. Por otra parte, no existe el valor absoluto, el valor es una relación entre un bien y un individuo. Propone también una clasificación de los bienes en bienes de consumo (que satisfacen directamente necesidades), bienes de "segunda categoría" que son indispensables para utilizar los primeros y bienes "de tercera categoría" que son necesarios para la producción de los dos primeros.
Otra implicación notable es su análisis del trabajo. El trabajo crea indirectamente satisfacciones por el ingreso que procura, pero está acompañado de desutilidad debida a su molestia. De ello resulta que hay que trabajar hasta el punto en que la satisfacción procurada por los ingresos del trabajo es igual a la desutilidad marginal del trabajo. Otro ejemplo de implicaciones lo encontramos en el análisis del intercambio; para Gossen los que participan en el intercambio ganan (en utilidad) hasta el punto en que para cada uno de ellos las utilidades marginales de los bienes intercambiados se igualan (el intercambio continúa siempre que la utilidad marginal del bien demandado sea superior a la del bien ofrecido).
Ahora bien, además de las investigaciones teóricas de la primera parte de su libro, en la segunda parte desarrolló un amplio programa para la política económica y social. Entre sus propuestas concretas está la idea de nacionalización de la tierra: Gossen (1983[1854]: 274-295) aconseja que el Estado pague la tierra en forma de una amortización a largo plazo, para lo cual debería utilizar la apreciación del valor de la tierra que él supone aproximadamente constante. Es decir, se trataría de comprar tierras privadas “a bajo precio” para más tarde recuperar lo invertido gracias al crecimiento de las rentas. Según Hayek (1991[1929]: 379), la idea de Gossen significó en la Alemania de la época una auténtica novedad, pues nunca hasta entonces se había propuesto un plan similar de nacionalización de la tierra, aunque –dado que el libro pasó inadvertido– su repercusión fue prácticamente nula.
OBRA
- Entwicklung der Gesetze des menschlichen Verkehrs (Desarrollo de las leyes del intercambio entre los hombres) [1854]
jueves, 22 de abril de 2010
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